salíamos de literatura alemana esos días
allá por 2003
en la U.N.L.P.
cuando todavía no la habían mudado
al bucólico bosque platense,
éramos, Matías, como compadres
como amigos que venían de otras vidas
somos -todavía- algo hermanos
los dos tenemos el olor de Buenos Aires encima.
había, lo recuerdo, vos también,
había un perro
al que llamábamos "el perro salame"
porque olía como salame
todo el mundo lo esquivaba
haciendo una carambola contra las barandas de
las escaleras,
vos y yo lo pasábamos por encima
el bicho ni se mosqueaba
a lo sumo estiraba los ojos y volvía a cerrarlos.
teníamos veintipico de años, Matías.
salíamos a la calle y hablábamos de Goethe
de Boca, de San Lorenzo, del speed con vodka.
ahora entre las ruinas de aquellos edificios
se mueven hombres que trabajan
para alguna empresa de construcciones.
no sé qué habrá sido del perro salame/

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