en la curvatura del invierno
el escondrijo
donde un duende esconde
la máquina de hacer lluvia
que es la misma máquina
que en los días impares del tiempo
produce varones y mujeres
a imagen y semejanza del paisaje
y los arroja al mundo
como semillas de mandarinas
ruedan, se sumergen en los océanos,
quedan esperando la nieve
o la rueda de una bicicleta
o la mano torpe del viento,
los conejos olisquean el aire
en el pan invernal buscan
sin saber muy bien para qué
el escondrijo donde funciona
a hurtadillas del mundo
esa máquina que hace lluvia/
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