pelan las naranjas con las manos
dejan
sobre la mesa
las cáscaras.

la tarde fría
y poco clara.

el sol,
un picaporte de invierno.

dentro de la casa
dos niñas
en silencio
pelan con sus breves manos
las naranjas que la madre
trajo de la verdulería.

pasarán los años,
envejecerán los puentes.
morirá la madre.

esta tarde en que pelan las naranjas excederá al olvido.

cuando, ya ancianas, ya sin tristeza
en conversaciones crepusculares la recuerden
la madre será un irremisible olor a frutas/

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