Señora se paseaba en sillas de rueda
por el jardín de su casa
no siempre había estado allí
en su "cochecito de bebé" como la llamaba ella
de niña corría entre los geranios
con las dos o tres mascotas que la economía familiar
podía mantener,
gustaba Señora de ser envuelta en esos perfumes naturales
sobre todo el sector de las flores traídas de Asia
decía que eran herederas de Todo, no especificaba
ese "todo" pero uno asentía con la cabeza y callaba
con la boca, era mejor de ese modo.
Señora alargaba la mano y dejaba un billete
arrollado como un canelón
sobre la palma de alguno de nosotros,
corríamos al kiosco o a la ferretería
a comprar tornillos para armarnos algo/

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