lo importante es el concepto.
y generar una guerra tal que quedemos cansados
para todo, incluso para la victoria.
ya no creo, no me parece que la Literatura
valga la pena
más que el perfume de un cigarrillo en la ventana.
¿cómo transformar la experiencia diaria en poesía?
pregunta a sus escuálidos alumnos
el escuálido profesor de literatura.
no lo saben, la respuesta es el silencio, 
se acabó, entonces.

pero le llega el turno a la indómita metáfora.
y ahí todos sonreímos como en un casamiento.
y ante el altar están los invitados del poeta
y a la izquierda los de la poesía
-que ya se ha casado 7.987 veces 
solo en la edad cristiana-

pero lo importante continúa siendo el concepto.
que es algo así como el precepto de todo
incluso de la nada -esa marmota que descansa al
sol con los ojitos cerrados- pero basta de aquello.

basta del ángel borracho
del angél borrachísimo
del hángel ebrio de esta ciudad que es todas las ciudades.

no me parece que la Literatura sea cuestión de hacer las paces.
creo que ninguna parte es el lugar apropiado para dejar
que los pies sacudan el polvo antes de entrar a casa/

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