emociona ver sobre el río andar la luna.
hasta dónde indagará su luz la cosa incierta del agua;
como tantas otras cosas el viento permanece ausente,
sentado en la escollera miro el río ilustrado por quién,
sueño colarlo en mi espalda como una capa de huesos
lo dejo ahí sentado, que hable solo, lo dejo.
emociona ver al río en su soliloquio de noche sin pájaro,
hacia dónde -me pregunto si se pregunta- van las otras lunas,
no las lunas de Borges, no las lunas del futuro,
las otras lunas, las que murieron en combate
las que no sobrevivieron al estrago del vino, digo, esas
otras viejas lunas, Río, ¿acaso vos las devoraste?
una mujer y un hombre emergen, salen, alegres de vos,
Río, alegres de haber nacido bajo tu manto editorial,
son uno a uno el amor en cada animal que se sonríe, Río,
decime, ¿a vos no te emociona de vez en cuando la noche?
pasa algo en este cielo que se suelta de la tierra y se eleva,
alrededor hay semillas que cortan las reses de la realidad,
y las palabras se suicidan sin peces que las lloren o les
cubran la ignominia de no haber hecho sino callar el Río,
eso, hasta donde sé, qué cosa fantástica era la luna,
de otro modo habríamos hecho todo en vano/
 

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