René Descartes/

sentado en mi sillón
en el viejo continente
destruí los cimientos
de la filosofía occidental,
inauguré la edad de la razón 
destruí mil años de teocentrismo
creé al hombre como sujeto cognoscente, 
demostré, sin mover un ápice mi cuerpo,
cómodamente arrellanado en mi sillón,
la existencia de un Dios bueno 
incapaz engañarnos,
acto heroico del pensamiento humano.
cogito ergo sum. claro.
me descubrí a mi mismo.
hoy, a cinco siglos de aquella proeza, 
sentado en otro sillón
en otra casa
en este sur de América
enciendo un cigarrillo,
miro mis manos
dejo caer la ceniza sobre la tierra
y pienso
que quizá eso, y no otra cosa,
es, en fin, el pensamiento/

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