cuando se toca fondo
y no queda sino tu esqueleto temblando bajo la noche
se es feliz

porque la felicidad
no consiste solo en el hecho de tener a mano lo que se desea
se ama
o necesita

la dicha, esa alegría inmensurable,
también es parte de no esperar nada
pero atención
cuando decimos nada (el plural es mera retórica)
queremos decir eso: NADA.

ni la torpe mano del viento
ni el falaz suspiro de un piano
ni la penúltima hoja del otoño 
nada

cuando se toca fondo
y no hay más tierra subterránea que los propios huesos
por una cuestión físico-matemática
no queda otra que salir a la superficie

trastocado en otro animal
un canguro, un caballo, una bestia cualquiera

y entonces erguir la cabeza
y gritarle al universo "mirame, perro gris sin muelas!
mirame, estoy vivo y me río en tu cara!"

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