era su rostro cuando parecía infinita
se me colaba por las hendijas de los ojos
uno sacudía las patas y los brazos
como un caballo lleno de moscas,

pero era su rostro cuando parecía no morir
no tener en la carne esa fatalidad de los hombres
entonces uno dejaba abierto el océano atlántico
para que ella viniese a hacer olas contra mi alma,

era su boca aún bárbara, patagónica,
enjambre azul o barcos que encallaban en
las costillas, y uno no estaba seguro de
sostener tanta dicha
o el animal de risa que paríamos a diario.

era todavía su rostro papel glasé o pájaro
y de vez en cuando la lluvia le borraba la ira
se ponía más hermosa cuanto más dejaba
hundidas en el agua del porvenir sus ojos,

si la perdí o me perdió eso es tema literario.
vendrán a medir los años dioses hechos de carpintería,
si me perdió o la perdí es una metáfora.
sólo sé que era su rostro cuando parecía infinita/

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