breve y no tan simpática diatriba en verso contra la Industria/

lo que hace una industria es producir objetos, cosas, entes
para arrojar al mundo, que, desde 1492, se convirtió en un
almacén de barrio. todo se vende, todo se compra.
el planeta tierra es el gran almacén del universo!

que no nos sorprenda ver naves intergalácticas parando
en el planeta como si fuera una gran estación de servicio
del cosmos. pero volvamos a la industria. hay cosas, hechos 
que son aceptados a priori de nuestra razón y de nuestra

experiencia. la industria es uno de ellos. la industria del 
automóvil, la industria de la milanesa de soja, la industria
de los teléfonos celulares, etcétera y etcétera. y por las dudas,
un etcétera más: etcétera. no estamos criticando la modernidad, ni

proponemos la vuelta a las cavernas, estamos sencillamente
cuestionando, preguntando, indagando... por qué? bueno, 
antes que nada porque tenemos tiempo para hacerlo. segundo,
porque así como hay quien se apasiona con el jazz o con el 

fútbol o coleccionando monedas del siglo diecinueve, nosotros
nos apasionamos con estos temas. seguimos: la industria supone un otro,
un otro que no ve, que no está allí, que no le está pidiendo esa
cosa que ella está fabricando, pero que la Diosa Publicidad se

encargará de crearle tal deseo que al tener esa cosa, ese objeto,
en sus manos pueda llegar a tener una satisfacción casi sexual.
la industria supone cierta uniformidad de los gustos y las necesidades.
luego vienen las leyes judiciales a prohibir la imaginación.

ejemplo concreto: por qué se inventó el avión, cómo se inventó?
en realidad no lo sé, pero sí sé que muchísimos siglos antes de que
se crease el hombre venía pensándolo, mejorándolo, soñándolo,
qué es Dédalo sino el primer ingeniero aeronáutico de la Historia?

y su desgraciado primogénito el primer aviador de la Historia.
pero iremos al grano. qué queremos decir con todo esto? que la
industria es mala por donde se la mire. sigamos con el ejemplo 
del avión. la industria y las leyes que la protegen coartan la 

imaginación de la raza humana, porque si usted o yo quisiésemos
inventarnos un aeroplano, un artefacto, una cosa aunque sea monstruosa
que vuele y haga piruetas en el cielo, no podemos, así de sencillo:
ni usted ni yo tenemos derecho a explorar con la imaginación porque

sencillamente está prohibido inventar, prohibido crear cosas ex nihilo.
y aunque funcionara de maravillas, no se lo permitirían.
ese es uno de los puntos nocivos de la industria: homogeiniza la 
aventura humana, dilapida su imaginación, reduce notablemente su

capacidad creativa. en fin. que estamos verdaderamente en contra de
la industria. por otro lado, habrá quien de inmediato diga: cómo! estás 
en contra de la industria farmacéutica? y nosotros diríamos que sí,
claro que sí. Pero salva vidas! gritaria algún otro; nosotros contestaríamos

que mata más vidas que las que salva. bueno podríamos seguir así
todo el día, pero el tema creemos que debe terminar exactamente en este
punto (este punto).  

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