doce moscas
serán suficientes
para convencer al Hombre
que ha muerto

si todavía se niega a la evidencia
si aún se ríe de los chistes del periódico
si cree, porfiado y duro, que goza de plena salud

doce moscas sobre su frente bastarán
para sacarlo
del craso error
de sentirse vivo

partidario soy del nominalismo
el muerto muerto
el vivo vivo

el vivo haciendo cosas de vivo
el muerto hablando de trivialidades con otros muertos cercanos
pero nada más

puede sostener un paraguas bajo la lluvia el muerto?
no puede ni debe

puede enamorarse de una empleada bancaria el muerto?
puede sentarse a la barra de un bar el muerto y ordenar una cerveza?
ni una cosa ni la otra

hay muertos tan obstinados que rechazan de cuajo el cajón
y corren calle abajo para apostar en el hipódromo.
el vendedor de apuestas sin escrúpulo alguno le vende los tickets.
palos para él.

doce moscas hambrientas y sonoras sobre su fría frente deberán bastar.
para que se despida de todos
y acepte con honor y honra la hora de partir/

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