breve y poco lúcido ensayo acerca de por qué leemos novelas.
escrito en verso sin rima y sin métrica por motivos que
exceden este título.


por qué leemos novelas? esa es la pregunta que me hice.
de inmediato pensé que sería más sencillo responder
a la pregunta de por qué escribimos novelas. entonces
por qué escribimos novelas? se me ocurren algunos motivos.
unos concretos y con cierto grado de objetividad; otros azarosos
y por ende con una buena dosis de subjetividad.
motivos concretos: porque manejamos (bien o mal) una lengua.
porque tenemos la panza llena (no se puede escribir con hambre).
porque tenemos un cuaderno y una birome o bien una PC.
porque no estamos muertos (es una obviedad, sí, pero irrefutable)
motivos azarosos: porque hemos leído autores que nos fascinaron
y queremos copiar sus estilos porque queremos ser ellos.
porque en la escuela secundaria hemos tenido un buen/a profesor/ra
que se ha encargado de despertarnos el gustillo por la escritura;
porque nos hemos enterado que equis concurso de narrativa
otorgaba equis cantidad de buenos billetes al ganador (ya se sabe,
por la plata baila el mono y escribe el hombre).
porque sencillamente escribir es respirar, una función vital que,
de cejar, conllevaría la muerte súbita del no escribiente.
pero, por qué leemos novelas? yo no sé la respuesta.
tengo atisbos de lucesitas que se prenden para iluminarme pero
ni bien intento alumbrarme con ellas, me dejan en la penumbra total.
soy un curioso lector de TODO, pero me especializo en nada.
por eso mi pensamiento hace agua por los cuatro costados.
pero pertenezco a esa clase de sujetos convencidos de que se
debe escribir a pesar de ser uno un alfil de los idiotas.
pero ojo, solo los idiotas se hacen preguntas idiotas que fascinan
a los lúcidos que luego ganan una parcela de tierra en el campo literario.
quizá exagero; gozo de la impunidad de ser mi propio editor y librero.
por qué leemos novelas? una respuesta sencilla sería: leemos novelas
porque somos chusmas, amamos enterarnos de cosas que no nos conciernen.
bien, entonces leemos novelas porque somos curiosos. ese es un buen punto.
la curiosidad. otra posible respuesta a la pregunta de por qué leemos novelas
sería: porque hay algo en el lenguaje humano que hace de nosotros
axolotles cortazianos: contemplamos todo detrás de un vidrio y cuando
queremos acordarnos estamos dentro de la pecera. ahí otra respuesta:
leemos porque queremos absorber vidas. la literatura es vida, parafraseando
a Stoker. por qué demonios leemos novelas en el siglo XXI? porque si en
el siglo XVII alguien se tragaba el Quijote podemos aducir que el tiempo
de la economía precapitalista lo permitía. más sencillo: quien podía leer
tenía tiempo. pero qué lleva a un lector de este siglo a devorarse una novela,
supongamos IT de S. King (1600 páginas)
o 1Q84 de Murakami (casi 2000 páginas). evidentemente el factor tiempo
debe quedar anulado y dar paso a otra explicación, que, por lo menos a mí,
me convence: la fascinación ancestral del ser humano por escuchar/leer
historias. así de sencillo. somos una raza de devoradores de historias.
quizá sea falso que el cuerpo humano se alimente por la boca.
a lo mejor lo hace a través de los ojos y no lo sabe. no lo sabemos.
esa fascinación ancestral nos llegaría por dos vías: la herencia cultural y
la biológica. o al menos eso me parece. yo mismo he escrito y he leído
novelas. si debiese responder por qué lo hice o lo hago y lo seguiré haciendo.
la respuesta es harto sencilla: porque no creo servir para otra cosa.
y sobre todo porque me produce esa cosa que llamamos placer y que
en realidad no es sino respirar sin piedritas en el alma.
eso. leer me ayuda a respirar sin piedritas en el alma/

No hay comentarios:

Publicar un comentario