hay un lugar
en este consultorio de almas que es el mundo
un lugar al que ya no podés volver sin
que se te caigan los ojos de la cara
sin que se anude a tu espalda el cuerpo lanudo de un felino
sin que te hagan llorar a gritos los perfumes del eucalipto
sin que la voz de una mujer te recuerde
golpe tras golpe en medio de tu cara
lo feliz que fuiste, lo feliz que ya no serás/

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