los grandes poetas miraron azorados
al poeta desprolijo que pasaba sin molestar al pájaro
sin asustar al perro ni al gato

silbando bajito como un zafrero
poniéndole nombres nuevos a todas las cosas

pronto se reunieron los grandes poetas
se mandaron cartas de advertencia
cuidado con el desaliñado
es poeta del populacho

venían entonces las burlas
las tertulias literarias
donde se aplaudían entre ellos
haciendo piruetas y malabares
se aplaudían entre ellos y eran felices

qué bien escribe usted Don Coso
gracias Doña Cosa
no hay de qué Don Cosito

los grandes poetas miran detrás del escritorio
al poeta desaliñado que silba como un zafrero
y se ríen entre dientes
y se abrazan entre ellos
y se aplauden entre ellos
y llenan los suplementos literarios con versos de ellos
o de sus amigos
porque nunca dejan lugarcitos para otros hermanos.

comen comen comen y siempre tienen hambre
no aman la poesía, aman la carne de la literatura
no sueñan con ser cantados en una marcha estudiantil
sino en figurar en los diccionarios de autores americanos

mientras tanto el poeta sin nombre
el desconocido va silbando bajito
y llenando de poesía el mundo/


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