que tengo derecho a admitir mis manos
que no puedo salir a la calle sin ellas
que cómo me aferro al pasamanos del colectivo
cómo pago mis cigarrillos
cómo le quito el señalador al libro que estoy leyendo.

yo lo lamento mucho,
pequeña realidad de hoy día,

pero no admito dejar mis manos sobre la mesa
para que se queden tamborileando los dedos
mientras el tiempo afila su cuchilla contra mis huesos.

que tengo pensado construir un barco de terciopelo!
para andar en el mar de un país prodigioso en pájaros
mirá,
pequeña realidad de hoy día,
yo no puedo dejar mis manos
para calmar tu melancolía.

yo lo lamento mucho,
pero debo encender el fuego
enamorar la piedra
tocar la inquieta columna vertebral de la paloma/

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