nadie observó detenidamente una palabra
acaso nadie se sacó una palabra de la boca
para examinarla con la actitud crítica de un niño
con la vehemencia de la más corrompida ingenuidad
nadie se acercó una palabra al oído para escuchar
su respiración agitada de andar corriendo la 
moneda cotidiana, los sueños flagrantes, la utopía
entonces es cierto que nadie nunca le hizo cosquillas
en la panza a la palabra
nadie la llevó a caballito hasta la plaza del pueblo
nadie tomó de la cintura la palabra para rayar
el cartel de una comisaría
acaso a nadie se le dio por desmontar una palabra
para ver realmente qué tiene dentro además de
sonidos de sílabas de raíces y prefijos
de luces que se acuestan con el alba
nadie se enamoró de la palabra desnuda
nadie tuvo hijos con la palabra
nadie le abrió la puerta del precipicio
nadie le juró amarla hasta que la muerte nos separe.
acaso nadie se detuvo a espiar qué hace la palabra
cuando está lejos de la boca peinándole los rulos
al silencio y uno medio dormido invocando cuáles hojas
nacidas en el imperio musical del otoño/

No hay comentarios:

Publicar un comentario