es indispensable tocar la luna.
yo no sé cómo hacen los hombres para vivir cotidianamente
para ducharse afeitarse subirse al colectivo llegar al trabajo
estar doce horas parados detrás de una máquina
o debajo de la tierra
o detrás de un escritorio
sin haber tenido en sus manos un poco de polvo lunar.
estoy convencido de la urgencia de tocar la luna.
al menos un párpado de la luna
no sé
un seno de la luna por lo menos.
que no llame la atención entonces la locura cotidiana
la desazón cotidiana
la tristeza del hombre cotidiano.
no sé cómo podremos ser felices si no pellizcamos
una nalga al menos de la luna/

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