someter la fe a la memoria
esa es toda la trama de la vida.
luego hay otras tramas
forjadas a medida de las
necesidades cotidianas:
el precio de la leche
el precio de la carne
el precio del amor.
pero todo indefectiblemente
está encauzado en hacernos
saber que basta una sola
palabra ambivalente temblando
en el pico vertiginoso de una
paloma para hacernos perder
de pronto en los vericuetos absurdos
de la filantropía inusitada con que
leemos a escondidas viejas cartas
que el amor no se atrevió
por cobarde o por impasible
llevar al correo municipal/

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