tenemos dos manos
dos ojos
un corazón
y hasta donde sé
dos cuerpos
uno 
el evidente
el que miramos en el espejo
el otro
el invisible
el que nos duele en las vísceras hasta encontrarlo
es el cuerpo del otro
ese otro que se anuncia
a veces con nombres falsos
y otras con el que de algún modo misterioso
coincide en forma y peso
con la geometría ambulante que somos
entonces sí
andamos completos
como debe ser
y caminamos las calles con dos cuerpos
nos sentamos en las heladerías con dos cuerpos
y ciertamente andamos más livianos
y más felices
y menos atentos a los quehaceres diarios
porque andamos enamorados de ese nuevo
pájaro antropomórfico que somos
y si reímos con una boca
otra boca se ríe con nosotros/

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