el amor no es un nacimiento
más bien es una muerte
algo muere dentro de nosotros
cede el espacio
a esa otra vida
que nos penetra bruscamente
que empieza a empujar viejas cajas
que estaban allí por costumbre
o sencillamente porque había espacio
de sobra
de sobrarnos, no, definitivamente
el amor no es un nacimiento sino una muerte:
debemos morir de nosotros mismos
para en esa tierra fértil que dejamos
venga, desnudo de todo artilugio, el otro
ese otro que aún desconocemos
a sembrarnos vida donde
uno
con el dedo tembloroso le indique:
aquí,
justo aquí, mi amor, me he enterrado/

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