a veces
parece como si uno
anduviera a contrapelo
del mundo
y caminara siempre
en el mismo sitio
como esos pianitos de mano
que tocan
para siempre
la misma melodía,
las calles en bajada se hacen en subida
y rodamos como títeres obesos
en las calles que van hacia arriba
nos ponemos gafas oscuras por las noches
y usamos piyamas en las calles del día,
como si para rascarnos la oreja izquierda
uno debiera agacharse como un jorobado
y para ponernos los zapatos
debiéramos alzar los brazos
hasta golpear con el balcón de la vecina,
si la flecha en el camino indica a la derecha
tomamos con alegría hacia el otro lado
mordemos un cachito de pan para matar la sed
y vaciamos un balde con agua
cuando las tripas hacen su lamentación de tubería,
a veces
parece que uno anda con los huesos para afuera
y fueran nuestras vestimentas el sistema digestivo
el botón de nuestra camisa es el corazón que late agudo
y la etiqueta del pantalón el voluntarioso riñón infatigable,
a veces
andamos por el mundo
que es pequeño como una palta
como andan los hamsters por la ruedita de circo
con la ilusión de llegar a otro país
a otro continente
a otra vida/

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