a cada lado de la cabeza
dos largas orejas de asno
un hocico comienza a rebuznarme
donde antes tenía una boca
más o menos decente
y ando en cuatro patas por la casa
dando coces violentos en las sillas
dejando mi patita marcada contra las puertas
me entran imperturbables ansias
de comer un kilo y medio de manzanas
y dos toneladas de zanahorias
viéndote reír me revuelco de alegría en el pasto
y me quedo sentado sobre mis patas traseras
esperando que me acaricies la mollera y el
reino animal que es mi alma
viéndote reír, así, tan linda y todo/
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