cuando creí que era yo un yo y nada más
cuando pensaba que el mundo era uno y
que bastaba mirar cartografías y mapas mundiales
para saber ubicarme los nortes y los sures
cuando sostuve porfiado que hablar el castellano
era sencillo como sacarle el carozo a una manzana
repito, cuando creí que yo era un yo y que
mi sombra y yo formábamos un dúo extraordinario
cuando finalmente me dieron el título universitario
y como todo joven sentía que ya era todo un profesor
llegó ella a poner las cosas en su sitio
el mundo conocido no era sino uno de los posibles
hablar el castellano era difícil como adiestrar un sueño
comer manzanas comenzó a ser una tempestad de dientes
y finalmente que yo era divisible por ella
y que entre mi sombra y yo iba a andar esa mujer
estorbándonos, para siempre, la triste tristeza de andar
de solo yo y mis huesos de yo por el mundo de ella/

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