en ocasión de este septiembre de tanta lluvia ...

acaso no piensa detenerse la lluvia?
acaso no le importan los barquitos de papel?
acaso ahogar caracoles
desparramar hormigas
no le llena la conciencia de culpa o misericordia?
acaso no dejará de llover nunca
en este lado del mundo
donde la mujer que apetezco a diario debe ir al trabajo
deteniéndose bajo los toldos de las ferreterías
o de las farmacias
o de las casas de quiniela
acaso a la lluvia no le interesan los pronósticos
de los servicios meteorológicos
que aseguran que ya no llueve
y que la lluvia es solo una percepción de los alunados?
pero qué barbaridad que tanto cielo se esté cayendo
a pedazos
sobre el patio terrestre de donde estoy viviendo
acaso quiere esta lluvia loca borrar el mundo
ahogar sapos que aún no fueron besados por la obrera?
oxidar bicicletas que no cumplieron ni un año?
postergar casamientos o encuentros de bandidos
y de bandidas que se citan a tal hora en cual plaza
para llenarse de briznas las ropas y de besos las bocas
y descubrir que el sexo es tan nutritivo como el chocolate
pero que no produce como aquel dolor de muelas?
acaso este disparate de la lluvia en los escaparates y en las
casitas de los barrios pobres no piensa detenerse nunca?
cómo sale el niño a la escuela de su morada de lata
si los zapatos rotos se le entierran hasta la nuca
en la afanosa rebelión del barro,
que debe parar supongo porque hay que volver a pintar el mundo
darle dos o tres manos de pintura
sobre todo a los hombres y mujeres que se destiñeron
en tantos siglos de lluvia
y andan con los ojos hechos charcos
arrojando miradas de peces con fiebre
sobre las mesas de los cafés con medialunas, yo
digo yo
que a veces ando del brazo de la suerte
saliendo a acampar la vida
no puedo quejarme
en mi incómodo pero trivial egoísmo, porque afuera la lluvia
pero en cambio aquí dentro
preparo el mate y las tostadas
para cuando mi compañera abra la puerta de calle
y deje caer el paraguas y deje caer la sombra y deje sobre una silla
la ropa llena de peces porque están lloviendo corrientes oceánicas
y yo me acerque a su boca
y el mundo se me antoje de pronto una trompeta gigante
donde mis labios tocan las marchas más alegres de la vida/

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