(a Víctor Jara, compañero)

con una poesía afilada saldremos a la calle.
con una poesía cargada entraremos en el mundo.
apoyaremos en la sien de los genocidas una poesía
y apretaremos el gatillo de la palabra.
ellos
que impusieron el silencio
deberán morir de palabra.
ellos que quisieron matar la belleza
tienen que morir de poesía.
una poesía fulminante de pulmón deberá matarlos.
ellos que torturaron para arrancar la palabra
morirán de sobredosis de vocales
echarán consonantes por la boca
a borbotones se les escapará poesía 
del verso abierto en mitad del pecho.
afilemos la poesía para salir a las calles
por tantos poetas que han asesinado sembraremos poesía
por tanto obrero torturado sembraremos poesía
por tanta mujer vejada sembraremos poesía
por tanto sueño pisoteado sembraremos poesía
porque para los genocidas nada es más subversivo que la belleza
nada los irrita tanto como la palabra nacida
renacida
viva y nuestra/

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