a quién le importaba ya Dalí
o el misterio amarillo de las palomas
o esa calle empinada que llevaba al pueblo
a las pescaderías del pueblo
a sus plazas principales
ya no nos importaban los patos en la laguna
ni los programas de radio
ni el azul estandarte del cielo
cayendo como una cortina metálica 
sobre el horizonte de árboles 
y techos bajos donde la neblina crepuscular
hace sus nidos de berenjenas transparentes
sus capullos de baba rosa
las estalactitas de una lluvia que aún se niega
a quién le importaba ya Dalí
o los elefantes enanos de Madrijtenan
se era un ahogado más, apenas eso
o la mezcolanza de unos ojos arrojados en el día
como dos boyas de pesca, ciegas y taciturnas/

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