a lo mejor la noche se caiga
a lo mejor mi cuerpo entumecido de estrellas se abra
con el lento sonido de una caja musical
y de él, a su vez, salga otro cuerpo
y la noche lo cobije con aire de estrellas
con berridos de grillos que fosforecen en la verdura
a lo mejor si dejo que mi lengua a su
libre albedrío pose su roja nomenclatura sobre los árboles
pueda retener el leve zumbido con que la luna
inventa paisajes de plomo o de cigarras
no lo sé, debiese abrigarme hasta el peroné
y salir a la calle a recuperar los dos o tres cigarrillos
que se han desprendido de mi boca
antes de que los fósforos pudieran incendiarlos.