después de muchas idas y venidas
después de intentar, como quien dice,
tapar el sol con el pulgar
me siento sobre mis años
y cuento en voz alta mis negros
y mis blancos
los días aciagos
y los otros, los bonitos
y encuentro en estas sumas y restas
que me fui empobreciendo
de a poco
por cuenta propia, llegué incluso
a ser un extranjero de mí mismo
llegué a pedirme el pasaporte para acostarme
en mi propia cama
anduve por mi vida como por la casa de un desconocido
le pedí permiso a mi ojo izquierdo para llorar a mares
me negué el amor de una mujer
porque un día me desperté convencido
de no merecer el cielo
y me quedé de ojos abiertos mirando mis manos;
después de haber ido y haber venido
me palmeo la espalda y me alcanzo las maletas
es hora muchacho, me digo al oído,
de correr el pulgar del sol
y que todo el esplendor del universo
venga como un pájaro desproporcionado
a posarse sobre esta frente de alcornoque/ 

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