antes de conocer a Rosco ...

antes de conocer a Rosco Ama vivía sola.
no tenía edad, dicen que ciertas mujeres
no crecen en años sino en sueños.
le apasionaban pocas cosas: no leía libros
porque decía que eran una pérdida de tiempo
y eso, el tiempo, es lo único que no nos cuesta
un dolor de cintura
ni unas manos pegajosas
ni nada
solo sentarse en la cocina con un cigarrillo en la mano
y ver
contemplar
como las luces del gran día mutan
se maquillan
se ennegrecen como si un avión arrojase desde el cielo
o mejor
contra el cielo
una lata gigantesca de esmalte negro.
no era afín a las metáforas
pero la idea de un avión expulsor de noches le agradaba.
en cambio su pasión era matar hormigas.
y otra pasión menos punible: recordar viejos amores.
ah! cómo le gustaba llorar por viejos amores!
aún esos amores que, en pleno apogeo de sí,
no habían producido en ella el menor estertor
la menor energía de nada.
antes de conocer a Rosco Ama coleccionaba llaves
pequeñas, medianas, grandes, viejas, nuevas,
llaves encontradas en los parquímetros
en las pistas de aterrizaje
en los asientos de los colectivos, llaves.
Ama rehuía de los hombres
en especial de los hombres que insistían brutalmente
en desnudarla.
no era virgen ni casta ni moralista practicante ni mormona
simplemente huía de las camas
antes de que el miembro eléctrico de un hombre la traspasara.
Rosco llegó a su vida del mismo modo que una llave de colección
estaba allí, al alcance, sin abrir ninguna puerta
a veces se acostaban y ella se dejaba penetrar
solo con palabras "tocame con palabras" susurraba ella
a Rosco le parecía bien la proposición
y comenzaba a urdir sustantivos
erectos sustantivos
con los que suavemente iba entreabriendo el sexo enrojecido
de Ama.
cuando Rosco quedaba vencido por el sueño
ella entraba a la ducha
apretando la cabeza de una hormiga entre los dedos/

No hay comentarios:

Publicar un comentario