réquiem para un hombre que entiende ...
los toboganes suben siempre hacia el cielo
queriendo hacerse puente entre las madres muertas
y los niños que juegan sin ella
aún sobre la tierra
sabrás por qué deben desconectarse los electrodomésticos
los días de lluvia
cuando no hay nadie en casa
y apenas si el maullido de una mujer
perturba el cuchilleo infamante de la noche en ascuas
un día no muy lejano aprenderás a tocarte el sexo
sin la intención de masturbarte
lo harás queriendo entender cómo cabe el mar
en la palma de una sola mano
caminarás distraído por la misma calle
pisando los mismos adoquines
donde una vez de niño
te ropiste la rodilla cayendo de la bicicleta
y nunca más volviste a sonreír sin cierto malestar
sin cierta torpeza en la mandíbula
sin ciertos dolores en la mirada
un día sabrás por qué no debiste
atender ese teléfono que insistía en tu bolsillo
por qué esa voz te rascaría la espalda
te despellejaría los dientes
y te haría tiritar de frío
como si anduvieras desnudo de sol a sol
preguntándote el por qué
de los toboganes que nunca aprendiste a utilizar
porque no sabés subir un solo escalón
sin preguntarte a dónde te llevará al fin
la escalera/
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