dejá que me recueste
un poco sobre la tierra
un momento nada más
no pido el otoño que ganaste
ni el alerón de hojas secas que
el viento te obsequió en su devenir,
dejame descansar un poco
es tan temprano para dejar que
la muerte hile sus trajes con mis huesos,
yo he sabido sostener con mis dientes
imperios, timones, árboles iracundos;
hoy estoy débil, enfermo y débil,
la sola presencia inerte de un puente
la ociosa permanencia de un edificio
un puesto de diarios, un animal cualquiera
hoy pueden dejarme convalecer de frío;
por eso te pido que me dejés recostar
un momento,
no pido la bienaventuranza del pájaro que
abre y cierra tus días,
tu silencio abrazándome y nada más,
una misma lluvia que nos desnude
un idéntico sol que nos señale/

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