desde los codos
desde la nariz del cajero ojeroso de Carrefour
respirar con la nariz del profesor de biología
respirar con la hoja del árbol
o con el hocico del oso polar
pero no respirar para seguir vivos
respirar para crear mares y crear estrellas
y frenar las guerras
y desmantelar los suicidios
y decirle a la tristeza que desde ahora y para siempre
está condenada al ostracismo
respirar bonito
rojo azul amarillo turquesa
respirar a la vinagreta
respirar desnudos en una playa cualquiera del sur de Buenos Aires
respirar de todos modos
con franqueza de cetáceo
porque las finanzas nos están comiendo vivo al pendejo hermoso
que llevamos dentro
respirar desde la proa augusta de un barco pesquero
ser otros nosotros los nuevos
dejarnos vivir de pie
morder la arteria gris del universo y chupar esa leche
envolvernos invisibles
respirar de nuevo para estar más que vivos
para estar y sernos/
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