los alumnos que desaprueban
lengua y literatura
obligan a los profesores
a replantearse seriamente
su labor en la vida,
cómo leer Hamlet sin placer?
cómo entender Baudelaire sin voluntad?
de qué se deben disfrazar
los profesores temerarios
de lengua y literatura
para que los amables alumnos
decidan, al fin, leer el canto dos de la Ilíada?
la respuesta: de nada.
maldito el día en que la literatura
vino a formar parte de la currícula oficial
sin duda la gente leería más
si no la obligasen a ello.
cuántos trillones de profesores de literatura
se han quitado la vida frente a un espejo
maldiciendo en orden alfabético
los apellidos del curso que le puso sobre el cabello
canas más verdes que las plumas de un loro?
y cuando se llevan la materia a diciembre
deben los pobres profesores de literatura
levantarse antes de que canten los gallos
desayunar frugalmente, salir despeinados
para llegar al colegio a horario y los señoritos
entran en bermudas y con coloridas remeras de rock
y ante la sonrisa vampírica del señor profesor
cruzan sus piernas y dicen
no he podido estudiar mas he venido a felicitaros
porque me parece loable su profesión.
cuántos, oh cuántos, profesores de literatura
hubieran ganado más vida
si se hubieran dedicado a pescadores
o a sembrar flores en los jardines de invierno
o a robar sucursales céntricas de bancos
o a cruzarse de brazos y mirar la luna
y sonreír/

No hay comentarios:

Publicar un comentario