La cultura del trabajo es lo que falta... o ¿no?
Hace unos días presencié una conversación de la cual no participé: hay temas de los que me abstengo de hablar y pongo cara de nada porque sé que termino nervioso y me sube la presión. Pero escuché atentamente. Se hablaba acerca del trabajo. Equis persona dijo "lo que sucede es que la gente no tiene la cultura del trabajo". Entonces inmediatamente pienso en los 1500 trabajadores fusilados en la Patagonia argentina (no importa cuándo, los crímenes contra el pueblo los consideramos imprescriptibles y actuales); pienso en los científicos, obreros, docentes, en fin, trabajadores, torturados y muertos y desaparecidos en nuestra historia; pienso en lo que años y años y años de venir estudiando historia me ha enseñado: la pobreza no es producto de la haraganería humana sino resultado directo de las faltas de políticas estatales. Pero cuánto más sencillo le resulta a alguna gente arrojar sobre la mesa la frase "falta cultura del trabajo" en lugar de sentar las nalgas en una silla durante horas, durante años, para intentar comprender a través de la sociología, la psicología social, la historia, la literatura y la filosofía los verdaderos causantes de la miseria de las naciones. Ojo, hay casos donde no hace falta estudiar para no echarle la culpa de la miseria a los desposeídos: se trata de tener un corazón dispuesto a comprender el mundo desde la perspectiva de los condenados sociales. Por otro lado ¿la cultura del trabajo a quién beneficia? ¿A todos? ¿Se beneficia un hombre que debe trabajar 8 o 12 horas diarias en una fábrica produciendo objetos que quizá el nunca consuma? ¿Se beneficia trabajando 35 o 40 años en esa fábrica para luego jubilarse y no haber podido disfrutar de su propia vida? ¿Se beneficia una empleada de comercio que trabaja 8 o 10 horas diarias para ganar en un mes lo que el dueño del comercio gana en cinco días y, muchas veces, sin siquiera estar a cargo del negocio? ¿Se beneficia esa empleada de no tener tiempo de disfrutar de una tarde de sol? La cultura del trabajo... ¿Se beneficia un algodonero por trabajar 12 o 14 horas diarias para extraer el algodón que el dueño del campo luego venderá a las ciudades o al exterior? ¿Se beneficia ese algodonero de no poder vivir sin sentir dolor en sus dedos cortajeados por el algodón? ¿Se beneficia el trabajador cuando trabaja o los que se benefician son los "dueños" de esos trabajadores? "La cultura del trabajo" es una idea macabra hija de la sociedad industrial, da pena cuando la escuchamos en labios de un trabajador, sobre todo si es humilde. Y da rabia y da risa al mismo tiempo cuando la escuchamos en labios de un "dueño" de algo. Yo, León Peredo, trabajo ininterrumpidamente desde que tengo 15 años de edad. Durante 5 años trabajé 12 horas por día en una heladería mientras cursaba en la facultad de Letras. Y no por eso voy a cometer la necedad de defender "la cultura del trabajo" que beneficia a una clase social y explota al % 85 de la población mundial. La gente muchas veces trabaja TODA SU VIDA en un lugar y en una ocupación que no le brinda placer alguno. ¿Qué tiene que ver el trabajo con el placer? podrá preguntar el lector distraído... tiene todo que ver, absolutamente todo que ver. El tema es que nos acostumbramos a trabajar de cualquier cosa porque este sistema económico en el que vivimos (legitimado por leyes, por discursos; sostenido mediante el uso de medios coercitivos indirectos -riesgo de terminar durmiendo en la calle- o bien directos -hacés una huelga te mando la policía para que te dé palos en la cabeza) te obliga a eso. El trabajo debe ser y es una acción humana históricamente creativa: el hombre comienza a trabajar porque empieza a crear el mundo. La cultura del trabajo... trabajar mucho para consumir mucho para ¿ser felices? ¿no aburrirnos? ¿no morirnos de hambre? Detrás de "la cultura del trabajo" está el sistema capitalista y el % 10 de la humanidad descostillándose de la risa.
León

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