era, ahora lo sé, un patio pequeño.
pero en aquel entonces era grande.
era, ahora lo sé, pequeño como las manos de mi padre
que en ese entonces eran grandes panales,
grandes peces eran los dedos de mi padre.
aquel patio tenía un árbol que daba duraznos
que eran, ahora lo sé, pequeños
pero en aquel entonces eran como calabazas,
como si al caerse pudiesen extinguir los animales.
en aquel patio también había
un cementerio de bicicletas que eran de mi tío
que era gigante como el patio, que, ahora lo sé,
era pequeño como los ojos de un grillo.
y yo, que era pequeño, crecí en aquel patio
que era gigante como la sombra de mi nona
que, ahora lo sé, era pequeña como una aceituna.
era pequeño aquel patio, ahora lo sé, porque crecí
y porque la tierra se tragó todo aquello
y lo de más allá y lo de más acá y los pájaros.
pero si cierro un instante los ojos, ahora recuerdo,
ando equivocado, aquel patio era grande como las
manos de mi padre que sigue sonriendo con esa boca
que era grande como un sombrero, como la sombra
celeste de la nona, era, ahora lo sé, el patio
más grande del mundo y, sin lugar a dudas,
el más hermoso del universo/

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