caen al arroyo.
lentamente la tarde moribunda
los pétalos arrastra
como si fueran orejas
y se van, se pierden,
el último puente los oculta.
vuelvo la mirada hacia el otro lado
voces de niños que arrojan piedras
que suben a las bicicletas
que andan la infancia
que se rompen las rodillas
contra el canto rodado.
un pájaro de este tamaño cruza el universo
se hace pequeño en el agua,
hunde el pico, merienda.
iba a fumar un cigarrillo e irme.
pero no hice nada de eso.
en verdad no hice nada de nada.
me senté en un banco viejo, de madera
y aire, un perro se acostó a mis pies/
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