ya no hay pájaro posible en la sintaxis.
mientras miro la calle un ratón muerde
el talón de las palabras. siguen vivos los
árboles que nos han visto sonreír
el organismo metálico que tocó mi boca
la época sorda que te deconstruyó las
manos, siguen vivos los plurales contra la
hegemonía diaria de los perros que
juegan subjetivos sobre la verde lona del
mar y acá
acá ya no hay sintaxis posible en el pájaro o
lugar de adverbio en que una vaga escalera pueda
al fin satisfacer el hecho secundario de
la duda. toda poesía es culpable de errar el blanco.
más allá de esta década nos esperan otros mundos.
ya no hay pájaro ostensible en la metáfora/  

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