nada pido
nada espero
nada reclamo

solo déjenme caminar
abrir puertas
pasar de una habitación a la otra
estar
entrar allí conmigo
abrazarme
sonreír

ni siquiera exijo la compañía de un amigo
ni un tornillo de luna 
ni el ruido piadoso de una gotera sobre mi cama

ando queriéndome de madrugada
me levanto
enciendo un cigarrillo
espero alegre la mañana
porque las noches dejan sobre mis huesos
cartas que el otoño enfurecido redacta
para contarme o decirme cosas
que ya no quiero oír

nada pido
nada espero
ni una rebanada de viento en la ventana

déjenme conmigo
sonreírme un poco
todo pasará de un momento a otro, todo pasará

miro la noche y pienso 
-por pensar, nada más-
que los fantasmas ya no pueden morderme los pies
y eso, a esta altura, merece un brindis.

yo quiero ir conmigo a donde yo vaya/

No hay comentarios:

Publicar un comentario