lentamente el arroyo corre hacia el río.
acá solo hay silencio
piedras que no aprendieron a decir mi nombre
porque acá las cosas no tienen nombre
todo es de Dios o del infinito o del tiempo
todo puede y no puede ser nombrado con un grito,
basta dar un alarido para que la tierra se levante
los sapos empiecen a jugar a la escondida
una hoja de otoño diga adiós moviendo su esqueleto/

No hay comentarios:

Publicar un comentario