entre cuadernos de Historia argentina
encontré una vieja nota familiar
la letra era o es de mi madre
-¿la letra sigue perteneciéndonos ya muertos
o la escritura es solo cosa de vivos?-
no quiero decir que me invadió la nostalgia
pero como dice Quiroga
en su decálogo del buen cuentista
¿si debemos decir algo por qué decirlo de otro modo?
esa nota sobre una mesa o adherida a la heladera con imán
en su momento fue eso: simplemente una nota.
"no te olvides de ir a pagar el gas, vence hoy".
esa misma nota en este otro contexto no es una nota nada más.
es una miscelánea
es un café con sabor a benteveo
es un símbolo del pasado y del presente y del futuro inmediato.
entonces cierro el cuaderno justo cuando el Chacho Peñaloza
cae vencido por las fuerzas de la Buenos Aires y
contemplo la nota, la huelo, la alejo, la dejo sobre la mesa.
emprendo el inútil juego de los roles ya acabados.
salgo de la casa, cierro la puerta.
luego introduzco la llave en la cerradura, abro la puerta y entro.
camino distraído hasta la mesa y frunzo el entrecejo
una nota -me digo- y leo
y leo como si fuese de hoy esa nota
y yo acabara de encontrarla/

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