esperamos
que pase el ángel
o el demonio
que reparte a su paso
palabras que visten el otoño,
a veces un símbolo cae
de su bolsa de mercado
y se nos queda en las manos coloreándolo todo,
volteamos esa piedra
la dejamos sobre un mármol
indagamos en su estructura molecular
en sus vísceras de pavo ciego
y aunque no comprendemos
su lenguaje musical
su oleaje hecho de escombros y de
rostros que mutan bajo la tormenta
nos reconforta al menos
que esté allí con nosotros,
ya veremos qué hacer con él
mientras tanto
esperamos
que pase el ángel o el demonio
que reparte a su antojo
palabras que desvisten
el otoño/

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