ACERCA DE MIS NOVELAS Y LA AUTOBIOGRAFÍA IMPOSIBLE/

Me han preguntado varias veces si mis novelas son autobiográficas.
No, no lo son. Sí, sí lo son.
De inmediato voy al mundo de Respiración artificial, la novela de Ricargo Piglia.
Y recuerdo la escena en que uno de los personajes le dice al otro que ha engañado a una pobre señora diciéndole que ella nunca podrá escribir buena literatura ya que no escribe con el cuerpo, con el alma, con la experiencia sino que solo escribe ficciones y la ficción -continúa el personaje- no es literatura.
Su interlocutor le contesta algo así como (cito de memoria) "no sabía que creías en la literatura como un fenómeno autobiográfico". A lo que el otro le responde algo así como (cito de memoria) "yo no creo y jamás creeré en la literatura como un hecho autobiográfico, solo quería que esa señora dejara de escribir porque lo hace demasiado bien y puede opacar mi propia carrera de escritor".
Importa demasiado si equis situación está sacada del "mundo real" o si se desprendió como una piel transparente de la imaginación del escritor?
Por otro lado: pueden las palabras decir, expresar algo sin traicionar ferozmente la "realidad real" del mundo?
Si queremos ponernos más cursis podemos parafrasear a Foucault y decir: pueden las palabras contener a las cosas? las cosas tienen relación con las palabras? las palabras y las cosas van juntas o es la comunicación un juego de trampas y de antorchas que se apagan en el viento?
el queso crema está hecho con alitas de heliotropos?
Son autobiográficas mis novelas?
Existe un género literario que trabaje con la autobiografía?
Es poco honesto trabajar con una materia prima pre-existente?
Es loable trabajar con una materia prima pre-existente?
La literatura gusta o no gusta. Pero algo hay seguro en este mundo de espejismos y de relatividades físicas: la literatura es ficcional siempre, no hay modo de que escape a esa condición.
Para terminar. Recuerdo cuando cursaba la carrera de Letras en la U.N.L.P. un profesor citaba a no recuerdo qué intelectual que decía una cosa muy linda.
La novela es una historia en la que no creo.
La historia es una novela en la que creo.
Y tal vez por allí vaya la cosa.
León

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