lo Real aniquilado bajo el peso de la carne humana.

quien escribe necesita percibir la realidad.
el ojo que mira
la nariz que olfatea
las manos que palpan
la oreja que escucha
la boca que gusta

en ese sentido la literatura es absolutamente empírica.
resultado siniestro de todas las sensaciones que el medio
imprime sobre el sujeto.

sería interesante poder dejar a un lado los sentidos
olvidar que lo Real está allá, conmigo, en la calle, en la
peluquería, en la cama

está cuando me saco un moco
y cuando lloro

está cuando le arrojo una piedra al arroyo y cuando me
trepo a un árbol

lo Real macabro que recuerda a cada instante que Lirio empieza con L
que montaña con M
que rayuela con R.

o podemos escribir, quizá, dándonos el cuerpo contra las paredes.
algo debe salir de todo ello además de magullones.

que el cuerpo aherrojado de bruces contra la fórmica de la cocina
contra los pasamanos del colectivo
contra los azulejos de una sala de espera clínica
contra las viruelas de los árboles que fuman al costado del camino
contra la equidistante boca que ya no se hunde en tu cornisa

que el cuerpo escriba dándose golpes contra las paredes.
en la Historia de la Literatura se sobrevaloró la idea sobre el hecho
la mente sobre el cuerpo

se acabó: ahora será el cuerpo en su mayéutica quien HAGA literatura.
lo Real aniquilado bajo el peso de la carne humana.

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