2004/

Yago, dejando a un lado su pipa de Ahab,
caminó con los brazos cruzados a su espalda,
descorrió casi al descuido la tela azul de la cortina,
un daguerrotipo de Lacan colgaba de una de las paredes del
consultorio; Yago se detuvo justo frente a Ismael
y le dijo "no la nombremos, llamémosla Cuerpo X."

Ismael asentó con la cabeza dispuesto a escuchar.

"Cuerpo X ya no existe, ya no es.
esa es la primera premisa que debés aceptar.
pongamos el caso fantástico de un cuerpo que
de pronto es habitado por un alienígena: ese cuerpo
seguirá parpadeando, mismo color de cabello, mismos gestos,
mismo sexo, misma cabellera, mismas manos, nariz igual,
cadera igual, voz igual, el mismo estilo de vestimenta,
idéntica reacción a todo... sin embargo, Ismael, allí no
hay sino un alienígena... me seguís?...
Cuerpo X ya no es, no existe.
solo hay un Alien allí, una cosa, un monstruo que vino a
la tierra sencillamente a devorarte... serán sus manos y será su boca
y será todo igual cuanto recuerdes, solo que allí, dentro de ALLÍ,
ahora habita un Alien"

Ismael, acostumbrado a las extravagancias del Doctor, guardó silencio.

afuera, COMO SIEMPRE, llovía.
Ismael, como siempre, no había llevado paraguas/

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