ya no le temo a la noche
ya no le temo a viajar largas distancias
debí tocar con el filo de mis miedos
el corazón más hermoso del mundo

su sangre irrigó mis lunas
irrigó la vieja piel de mis párpados
el corazón más hermoso del mundo
hizo pájaros para mis manos

ya no le temo a la muerte
ni a la palabra muerte
ni a los fantasmas de mis padres

ahora que en las piedras de esta hoguera
marcho con el fugitivo pulgar de mi sombra
llevo conmigo libros y un nombre hecho de
velas que sonríen en la noche.

américa en su origen abro.
el tiempo me dará la palabra/

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