hay una mujer que se repite infatigablemente.
como una tabla de multiplicar se repite.
está en cada ciudad de América del norte
y de América Central y de América del Sur.

esta mujer se condiciona a condición de que 
los árboles den frutos rojos sobre su vientre verde.
es toda ella naturaleza maculada y pura
a tal punto que los pájaros la consideran una de sus
tantas notas musicales

en cada hombre de millones de hombres que
salen de debajo de la tierra a ganarse el pan de 
cada día hay esta mujer, sobreviene ella con sus 
ojos de panales con su boca de jarrones con 
su sexo del fin del mundo

el viento a veces le tira del cabello para galantear con
las palomas
o para llenar los caminos que unen pueblitos perdidos con
el aroma insospechable del crimen de la belleza.

hay una cosa del sexo femenino que gime o maúlla o canta
o brama o para peor se queda callada y entonces es ahí cuando
los barcos a modo de protesta golpean con sus proas los
débiles brazos de los muelles
para que el continente entero se sacuda de miedo y de
vergüenza/

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