el hombre no puede vivir sin mujer, le decían
y él sacaba pecho riendo
y sí decía
yo puedo manifestaba

pero mirá que no eh
mirá que desde que el mundo es mundo
el hombre no puede vivir sin mujer, le repetían

él encendía su pipa
echaba al aire palomas de humo
y quitándose una pelusa del hombro
decía yo sí
yo puedo

pasó el tiempo de los veranos cálidos
vinieron los inviernos de los puñales fríos
pasó por los ojos del susodicho una mujer arcángel
de esas que miran con brasas en los ojos

de esas que hasta el mismo San Antonio se cuida de nombrar

de esas que al pasar te dejan en los bolsillos
pajaritos que pían de día y de noche
y no te dejan sacarte de encima el insomnio comedido

ahora se lo ve acodado en ciertos bares de ciertas esquinas
lleva en los labios el nombre constante de la urticante mujer

y repite, una y otra vez repite, a quien le preste oídos
que el hombre no puede vivir sin mujer/

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