no vale la pena negar con la cabeza
lo que el esqueleto en su apoteosis
grita a boca de jarro

no vale lo adeudado ni los dividendos
cuando es el cuerpo entero el que se oxida
en la callecita que garúa

para peor del caso
es asesinato en primer grado
y agravado por el parentesco
cuando se manda en penitencia al rincón
el alma cuando protesta

no vale la pena dirimir en soledad la alegría
ese pan que compartido
puede alimentar un pueblo entero

y si no queda otra ocasión que la tristeza
voy a silbar bajito para no despertar mariposas
voy a colgar mis pies como sombrero/

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