poné el ojo en otros lugares me digo.
si tu ojo siempre mira el mismo sitio
tu literatura hablará siempre de lo mismo
tu poesía será un fiasco
y pasarás a ser un impostor
un tipo que escribe porque le es cómodo
porque no corre riesgo alguno
o si lo corre lo hace prevenido
sabiendo con exactitud los límites de la hibridez
la permitida surrealidad
es como cuando los niños
amenazan abandonar la casa materna
y se alejan mirando de reojo
pero vuelven siempre a la puerta,
menesterosos y humildes,
esperando la caricia.
poné el ojo en otro lugar me digo
me golpeo el estómago
no es gracioso sentir que el poema comienza
a desvanecerse en lugares comunes
la boca me golpeo,
la sangre derramada es merecida,
no sé arreglar automóviles
no sé filosofía medieval
desconozco absolutamente todo de ingeniería aeronáutica
soy pésimo deportista.
entonces, me digo, poné el ojo en otro lugar.
y escribí hasta que tu cabeza quede tirada
la poesía merece la pena
o no merece nada/

No hay comentarios:

Publicar un comentario