lo que duele es la conciencia del tiempo.
no sus relojes colgados en las paredes
no los horarios fútiles de los trabajos y los días,
no la luciérnaga escondida detrás de las canas,
lo que realmente duele es la razón del tiempo
la ignominia es la conciencia
de que el tiempo sencillamente devorará lo
que hemos amado, y uno irá juntando los huesos
por vaya Cristo a saber cuales calles, cuales bulevares,
no duelen las manecillas de los zonzos relojes
ni la arruga de más que nos salió en la frente,
lo que realmente duele es la conciencia de la
irrefractibilidad del tiempo, su oro vencido,
su canallismo de aurora dormida en la mañana/

No hay comentarios:

Publicar un comentario